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Publicado | 14 / 5 / 19
¿Hay alimentos que estimulan la producción de leche? ¿Cuáles están prohibidos? Aquí las respuestas.
Decían las abuelas que tomar agua de panela o agua de hinojo ayuda a las madres en etapa de lactancia a producir más leche ¿Te suena familiar?
De hecho, no es la única creencia que rodea a la alimentación durante la lactancia: hay quienes aseguran que se debe comer de más para mejorar la calidad y la cantidad de la leche materna; otros insisten en que las madres no pueden comer ciertos alimentos como los picantes porque cambian el sabor de la leche y “le hacen daño” al bebé, e incluso, hay quienes aseguran que hay ciertas sustancias como la cafeína que se filtran en la leche y causan malestares a los niños.
Pero, ¿qué tan acertadas son estas creencias? A pesar de que muchos mitos hablan de aumentar o de restringir ciertos alimentos durante la lactancia, lo cierto es que la alimentación de una madre lactante debe cumplir tres requisitos: ser sana, variada y balanceada.
La leche producida por cada mamá contiene las vitaminas ynutrientes necesarios para el desarrollo óptimo de su bebé, “esto ocurre siempre y cuando ella tenga una alimentación adecuada que le permita a su organismo encontrar las fuentes de donde extraer los nutrientes para producir una leche que satisfaga todas las necesidades nutricionales del bebé” como lo explica el doctor Álvaro Parrado, docente de la facultad de medicina de la Fundación Universitaria Sanitas.
En ello coincide Yahaira Wagner, especialista y consultora en lactancia materna de Philips Avent, quien sostiene que “aunque la leche por sí sola contiene todos los macronutrientes que el bebé necesita (lactosa, proteína y grasa), si la madre no está bien nutrida la concentración de las vitaminas en su leche materna puede disminuir”.
Por su parte, Diana C. Guevara, médico pediatra de Clínica La Colina advierte que no hay una dieta establecida o específica para las lactantes y que ésta debe ser igual que en cualquier otra época de la vida: balanceada y saludable, que combine los distintos grupos alimenticios, sin recurrir a excesos. “No es necesario aumentar la cantidad de las comidas por estar lactando, así como no hay alimentos exclusivos para la lactancia”, aclara.
Quizá una de las preocupaciones que más ronda a las madres que están por dar a luz o que acaban de tener a su bebé es si producirán leche en cantidades suficientes para saciar a sus pequeños. De hecho, muchas mujeres están en la constante búsqueda de consejos y trucos alimentarios que les ayude a ertimular la producción de leche materna ¿es posible lograrlo?
La doctora Guevara sostiene que, hasta el momento, no se ha demostrado que algún alimento en sí o alguna combinación de alimentos ayude a producir más leche. En cambio, señala que el mejor estímulo para tener una producción adecuada de leche es que el bebé sea lactado a demanda, sin restricciones. “Todas las mujeres producen leche de buena calidad y en cantidad suficiente porque la lactancia es un proceso regido por la ley de la oferta y de la demanda, de modo que la cantidad de leche que se produce depende de la succión del bebé y no del consumo de alimentos por parte de la madre. Es importante enfatizar que si el bebé toma el pecho correctamente y vacía cada vez los pechos, la producción de leche estará al nivel óptimo necesario”, explica la especialista.
Una apreciación similar la tiene el doctor Álvaro Parrado al afirmar que, definitivamente, el mejor estimulante de la producción de leche materna es la succión del bebé, porque así se genera en el organismo de la mamá un reflejo que le envía a su cerebro la señal de que se deben generar mayores cantidades de prolactina y oxitocina, hormonas responsables de la producción de leche materna.
Incluso, la experta en lactancia, la doctora Wagner, recomienda a las madres el uso de extractores para favorecer la producción de leche “pues permite a la mamá estimular el seno con mayor frecuencia, generando una respuesta positiva directamente relacionada a la producción".
Dado que la lactancia ha estado rodeada de muchas creencias populares, en especial lo que tiene que ver con la alimentación durante esta etapa, nos dimos a la tarea de consultar con los expertos los mitos que se escuchan con mayor frecuencia. Para ello, Yahaira Wagner, especialista y consultora en lactancia materna; Diana C. Guevara, médico pediatra; y Álvaro Parrado, docente de medicina, nos ayudaron a revelar la verdad sobre algunas de estas creencias.
Falso. Aunque la superioridad de la leche materna viene determinada especialmente por su composición, que se adapta a las necesidades del lactante y varía a lo largo de la lactancia, a lo largo del día, e incluso a lo largo de cada toma, es necesario que la madre tenga una alimentación adecuada y balanceada, rica en fibra, vitaminas, minerales y proteínas. De no estar bien alimentada, la concentración de macro y micro nutrientes en su leche materna puede disminuir porque el organismo no tiene de dónde abastecerse para producirla.
Falso. No está comprobado que la ingesta de este tipo de alimentos impacten directamente en la producción de leche. Sin embargo, estas bebidas le ayudan a la madre a mantenerse hidratada.
Falso. La calidad de la leche no mejora con un exceso de acumulación adiposa de la madre. Al contrario, podría verse afectada en caso que la madre mantenga un depósito a base de ácidos grasos de mala calidad, usualmente vinculado al consumo de grasas de origen animal.
Verdadero. La leche materna está compuesta entre un 85% a un 90% por agua, por lo que la madre debe estar bien hidratada. Las nuevas mamás deben beber por lo menos 13 vasos de agua de 8 onzas (240 mililitros) al día, especialmente durante el período de posparto temprano para prevenir el estreñimiento y ayudar al cuerpo a recuperarse del parto.
Verdadero. Parte de los compuestos químicos que dan sabor a los alimentos pueden llegar a hacer parte de la leche materna. Sin embargo, el impacto sobre su sabor es sutil y no influye en la ingesta del lactante. De modo que este factor debe comprenderse y asumirse como la primera etapa de educación alimentaria del bebé, donde por medio de la leche materna aprende a habituarse y a aceptar la variedad de sabores de los alimentos.
Falso. Si bien el sabor de los alimentos pasa a la leche y puede hacer cambiar su olor y su sabor, no hay ningún alimento prohibido durante la lactancia. Esos cambios de sabor ayudan al bebé a familiarizarse con diversos sabores, lo que le permitirá aceptar más fácilmente la alimentación complementaria. Solo en caso de observar de forma repetitiva que, luego de que la madre consumió un determinado alimento, el bebé muestra algún tipo de molestia (vómito, diarrea, erupciones en la piel, malestar o rechazo de la leche), se puede pensar en evitar ese alimento en concreto.
Falso. No hay ningún tipo de limitación para el consumo este tipo de alimentos en la madre dado que aunque puede cambiar el sabor de la leche, no necesariamente significa que tengan efecto en el aumento de producción de gases en el niño, por lo cual no se debe dejar de consumir.
Falso. Sin embargo, es importante considerar que una pequeña parte, cerca de un 1 por ciento de la cafeína ingerida llega al bebé, por lo cual es recomendable evitar los excesos.
Verdadero. Una mujer lactante no debe hacer dietas de ningún tipo, sino llevar un estilo de vida saludable que incluya hábitos alimenticios balanceados, sanos, así como la realización de ejercicio físico suave para contribuir a la recuperación del peso previo al embarazo. A su vez, no hay que olvidar que la misma producción de leche genera un aumento en el gasto energético y, con esto, la utilización de los depósitos de tejido adiposo acumulados durante el embarazo. Por lo tanto, la lactancia exclusiva en los primeros seis meses de vida del bebé contribuye a bajar de peso sin necesidad de rigurosas dietas.
Falso. La ingesta de leche o de derivados lácteos no estimula de ninguna manera la producción de leche materna. Sin embargo, la madre sí debe tener una alimentación variada con un consumo adecuado de leche y de derivados lácteos así como aumentar la ingesta de calcio y de hierro los cuales no solo se encuentra en lácteos sino también en legumbres, huevos, cereales integrales, espinacas o acelgas.
Parcialmente cierto. Aunque no hay investigaciones concluyentes que vinculen el consumo moderado de alcohol con cambios en la composición de la leche materna, algunos estudios afirman que el alcohol en grandes cantidades inhibe la secreción de prolactina y oxitocina, hormonas responsables de la producción y eyección de la leche y que, por lo tanto, se suele recomendar mantener la abstinencia durante los tres o cuatro primeros meses del bebé.